miércoles, 16 de diciembre de 2015


Mundo para- lelo por Diego Rada

Otro día más, uno menos, aletargado por ver, sentir eso platos extraños en mi sueño, decidí no ir a trabajar y Webbear por la red más grande, en el transcurso de la mañana pude vislumbrar un tema de no muy común entre los terráqueos, pero me llamó la atención, por que trataba de cómo se alimentan las vacas, llevaba como título “Ganado Vacuno es alimentado a través del feedlot”, ¿porque mezclar español con una idioma extranjero?, bueno, resulta que el feedlot es el engorde intensivo del ganado vacuno en espacios pequeños, con tal de que no camine y gaste la menor energía posible para elevar su peso en carne. Me suena conocido, ¿dónde lo vi, olí?, resulta que investigando un poco más el engorde y crianza de los pollos es similar, y así seguí viendo por la net, me di cuenta que la lógica de crecimiento de la población humana se multiplica a grandes pasos, y que este cantidad de gente en crecimiento necesita alimentarse, la demanda, la oferta caen en una cosa tan simple como la comida, y el resultado final es el pensamiento mercantilista del ser humano, por ahí en mi acuerdo de alguien que dijo: “Si comiéramos lo que produce por naturaleza la tierra, no habría necesidad de intensificar ese crecimiento”. Que palabras más sabias, y pensar que en la actualidad como seres terráqueos, nuestro planeta tierra está sufriendo por el calentamiento global, gases, monóxido de carbono y tantas otras cosas, que las hemos ido creando arterialmente y nos estamos matando de a poco. Las enfermedades terminales, los síndromes de insuficiencia, y tantas otras, nosotros como seres humanos pensantes (algunos no) a la vez nos estamos comiendo entre nosotros, creando de cierta manera un ser antropófago, solo para generar riquezas y destruir a nuestro semejante, finalmente comprendí que mi sueño no era sueño, era la realidad era la visión desde otro punto, que asco me doy.
Mundos paralelos 3
Por Diego Rada 
Que peculiar, cuando uno observa alrededor de las ciudades no existen cementerios, lugares de eterno descanso para los animales, resulta que estos no existen, puesto que los habitantes no creen en la reencarnación, en el cielo ni en el infierno, no creen en nada, solamente en ellos mismos, es así que cuando un animal muere ya sea de enfermedad o naturalmente, existe una casta de los animales que se dedica a un trabajo no muy interesante, más bien crudo y cruel hasta cierto punto, es el de cremar los cuerpos de los animales, embolsarlos y dárselos a los omnívoros, para que estos puedan desarrollar mejores sabores, y así saciar – de alguna manera- el apetito de los animales.

…… abrí los ojos, sentía que las gotas frías del sudor corrían mi frente, no podía creer lo que había soñado, que noche más larga, pero al fin ya estaba amaneciendo y era hora de levantarse para preparar el desayuno y salir a trabajar, debía apresurarme, puesto que vivía en el piso 25 de un edificio de departamentos para solteros. Mi día estaba comenzando ya de manera especial por el sueño que tuve, no pude tragar bocado de carne, puesto que me repugnaba, los olores que emanaban de los mercados, de los departamentos contiguos, me hacían recuerdo a las fauces de los animales de mis sueños. Por favor que termine el día, ya quiero mi cama.

Después de un día normal en la pega, claro sin probar bocado, acabe en mi cama famélico listo para dormir, esperando lograr ya conciliar un sueño en el cual no sueñe nada.

Mmmmm desperté, vi una horda de animales persiguiendo a los seres humanos para cazarlos y prepararlos, era la fiesta nacional de la gastronomía, los platos a presenciar eran los anticuchos de brazos y piernas, apanados de hígado humano, el famoso tranca trompa de humano virgen con dedos gordos de pies humanos, y la especialidad de la región, el picadillo de miembro humano en salsa de sangre poliglobuliada.

La ONG - Religiosa, que por esos días estaba intentando sensibilizar a los demás animales con campañas bastante agresivas, por la Televisión de Contrabando, con afiches y todos los medios posibles que tenían, la Larva Nonagenaria había salido de su cueva, estaba ciega por que pasaron tantos años sin ver la luz que sus ojos crearon una capa de cera el cual no permitía que pueda ver más allá de su nariz, la larva viajó a las ciudades más grandes y representativas de los animales, no era bien recibida, y aparentemente día a día conseguía más adeptos y algunos animales empezaron a no comer carne humana, los días lunes (#MeatfreeMonday) pero su  voluntad no alcanzaba, puesto que si no comían un día carne humana, al día siguiente se zampaban lo del día anterior más.


Hay estos animales, dichosos de tener a los mejores esclavos omnívoros, sin derechos, solo con obligaciones, ser cada vez más gordos, los animales hacían experimentos con los humanos, les inyectaban sustancias para crecimiento, para disminuir la masa ósea y aumentar la masa cárnica. Logrando resultados increíbles, descubrieron un alimento que los animales denominaron chatarra, era carne con hueso molida y presurizada de seres humanos con 50 años de añejos, resumían esa comida para el Ser Humano como Hamburguesa doble con queso (grasa adiposa de estomago), que buenos resultados, el omnívoro comía cada vez más ese alimento y la obesidad empezaba a parecer de forma inmediata, lograron su objetivo, disminuir la masa ósea e incrementar la masa cárnica. Tan simple y sencillo carne molida, hueso molido, grasa, todo picado al mínimo y cocido en aceite reciclado.
Mundos Paralelos 2 
Por Diego Rada
Por fin concilié mi sueño luego de esa pesadilla…. pobres seres humanos, abusados, castigados y hasta violados… pero que saben de eso si no tienen raciocinio, para ellos su vida es “normal”, tantas centurias de vida más que esclavizada, siendo el hazmerreír de los animales dueños de su ser, despertar cada día y comer, para ser engullido por un animal con aliento a podrido o quizás con aliento a rosas, pero con él fin de terminar su vida masticado por las fauces de su poseedor.
Los seres humanos también tienen derechos, tienen derechos a ser bien alimentados, a ser cuidados, a la tranquilidad, decía la ONG – Religiosa, dirigida por una larva nonagenaria que nunca se hizo mariposa, claro nunca probo bocado de esa carne suculenta, con sales minerales, siempre viviendo con la esperanza de ser mariposa para poder tener dientes y probar a los seres humanos, ya a los 80 años se dio cuenta que nunca iba a poder ser la más linda mariposa de la tierra, de esa forma inició su ONG – Religiosa, tratando de formar a los animales para que respeten los “derechos” de los Seres humanos, pero el fondo no es que amaba a los Seres Humanos, si no la envidia de no poder probarlos.
En el mundo de los animales no existen las clases sociales, pero si las castas, cada una bien dividida, pero forjada y unida por su alimento favorito, los seres humanos, si bien podían tener diferencias, podían ser duros y feroces ente sí, pero los seres humanos, los unía en los banquetes diarios que se daban,
Para el engorde de los seres humanos, en los establos – edificios los pisos estaban divididos por el peso de cada ser humano, habían los que tenían encima de 90 kg, los que tenían 75 kg, y los más los de 40 kilos, existía una política bastante extraña de consumir solamente los de 90 para arriba, puesto que su rendimiento carne vs. Hueso era mejor. La edad de los seres humanos eran muy cuidada ya que si eran mayores de 50 años a esos humanos los trituraban y deban de comer a los jovenzuelos ya que contenía micronutrientes y enzimas muy elevados para mejorar la carne misma, y al ser omnívoros los seres humanos, les daba lo mismo comer lechuga que seres humanos. Claro que por inocuidad y sanidad alimentaria los huesos eran presurizados para hacerlo harina y se pueda deglutir mejor para así subir el nivel de rendimiento de los seres humanos.
Dentro las castas de los animales existía aquella que se dedicaba a cocinar los manjares más deliciosos con los seres humanos como ingrediente principal. Preparaban costillas con curry y pimienta, los aderezos eran los más buscados puesto que contenían sangre fresca de color rojizo, claro dependiendo de la raza del ser humano, que podían variar entre un rojo intenso hasta un rojo con tintes morados.

Qué vida más llena de sacrificio decían los animales al probar cada bocado de los seres humanos, jactándose de dar de comer la basura a los omnívoros sin voluntad ni alma.
Mundos paralelos I 
por Diego Rada
En un mundo paralelo, los animales eran los reyes del mundo y los seres humanos éramos su principal alimento, en el transcurso del tiempo apareció una ONG de protección a los Seres Humanos que era más una Secta Religiosa que otra cosa, en el cual obligaban a los animales dejar de consumir seres humanos, puesto que pensaban tenían derecho a la vida y a la co-existencia entre animales y seres humanos. Pero la mayoría de los animales no podía dejar de consumir seres humanos ya que su sangre y sales eran adictivas.
Los animales productores de seres humanos vendían su producto a un precio regalado por que existían cantidades inimaginables y su costo de producción era sumamente barato debido a su característica principal, eran omnívoros, o sea, comían cualquier cosa, eran criados intensivamente en espacios pequeños conocidos como establos de edificios en los cuales dormían solo lo necesario, o sea 2 horas para luego comer durante las próximas 22 horas del día, claro que no eran muy jugosos, pero bastante apetitosos, como todo producto comestible existían distintas clases de seres humanos, Americanus, Europaeus, Asiaticus y Africanus, unos más picantes, otros más dulces, y así.
Entre los Seres humanos nadie pensaba, todos comían sin chistar, a nadie se le ocurría hacer dieta porque estaba prohibido enflaquecer, claro siempre había un reaccionario por ahí, que inmediatamente los animales identificaban y lo descuartizaban para hacer su plato favorito, Anticucho de piernas con brazos, claro con su buena salsa de maní.
Pobres Seres Humanos, criados solo para alimentar a unos animales que no se sacian con la carne humana, para los Seres humanos, su vida era simple, puesto que comían y comían y comían…. La mayoría sin quejarse de su ciclo de vida, puesto que asumían -  si es que lo hacían- que su obligación, es más su deber era de ser el alimento de los animales para que puedan prosperar y crecer con todas las defensas necesarias en un mundo irrisible lleno de guerras entre los mismos animales.

Al final, desperté de mi sueño y me di cuenta que no era así la cosa, más bien al revés, me di la vuelta y volví a cerrar los ojos pensando que cualquier parecido a la realidad, es simplemente coincidencia.