lunes, 1 de febrero de 2016

Simplemente él!

Felipe es un niño feliz, ya son cinco años que le sonríe a la vida y nos ilumina a diario. En la etapa de crecimiento que se encuentra y aprendizajes que le lleva la experiencia, hay varias anécdotas que uno pueda contar, y otras obviamente no, en este corto tiempo pudimos ver que el  changuito, como lo llama su tío Pablito, es una minipersona previsora y que no va a estarse con chiquilladas de esperar a comer, es precavido porque en todo el tiempo que fue al kínder se estuvo guardando un resto de dulces  bien empaquetada en su dormitorio, los cuales estaban muy bien protegidos por sus amigos infaltables y leales Iron Man, el Capitán América, obviamente que comandados por Optimus Prime, claro que al momento de ordenar su cuarto, el joven nos daba discursos de que esa comida no era para él, sino para sus tropas de leales los cuales hacían guardia en su ropero lleno de juguetes, pero en el fondo sabíamos que era para él para aquellos momentos de simplemente tenía hambre o quería darse un gustito. 
Aquella vez que me levanté a las 5.30 am para tomar un vaso de leche, me acerque a la cocina, y me sorprendí con que el changuito había ideado mover la silla subirse en ella, y poder alcanzar en la alacena las galletas de chocolate, las cuales son sus preferidas, y a lado de la envoltura las tijeras bien utilizadas para abrir el plástico. Hay Felipe, nos haces la vida alegre. Sin embargo en  estos 5 años hemos podido ver la complicidad de hermanos que tienes con la Val, tu hermanita, aquella con la que te peleas te abuenas, se odian, se aman, se ocultan y asustan entre ustedes. Donde crean esos lazos importantes de solidaridad que en el pasar del tiempo es lo más importante para una familia. Los hijos definitivamente son la alegría de la vida y lo que a nosotros como padres nos da realmente la fuerza para seguir adelante sin importar los obstáculos que se nos atraviese en nuestra rutina, porque ¡ustedes Felipe y Vale nos rompen la rutina!